Ya la fiestas de carnaval está a la vuelta de la esquina, es la excusa perfecta para darse un festín, sobre todo si tenemos en cuenta que estas celebraciones tienen una fuerte tradición culinaria en toda España, y en Galicia en particular.
Como ocurre con muchas de las tradiciones culinarias de Galicia, sus platos más emblemáticos suelen tener orígenes humildes. En lo que se refiere a la comida de carnaval, está estrechamente relacionada con el protocolo religioso que prohíbe comer carne durante la temporada señalada de Cuaresma.
Por esta razón, existe una estrecha relación entre los productos del cerdo y el carnaval, un poco como el «último carnaval» antes del ayuno. Si a eso le sumas que estamos en plena temporada de rábanos, no es de extrañar que la cocina gallega y la paletilla de rábanos sean platos tan arraigados y populares entre los gallegos en la próxima fecha. Primero, porque son muy fáciles de hacer (lo único que se necesita es tiempo), y segundo, porque son muy buenos (y también son muy reconfortantes después de los golpes finales del frío del invierno).
Quien habla de comida gourmet habla de postres, que es el tema central del artículo de hoy. Las conocidas orejas, el postre icónico del Entroido gallego, están directamente relacionadas con las orejas de cerdo, como algunos dicen que se las llama así por su parecido con los platos de animales para combatir la falta de carne en cuaresma.
Algunos han señalado que en realidad se llaman orejas porque se parecen mucho a las orejas humanas. Aún así, lo cierto es que las orejas (postre, no nuestro) pertenecen al selecto grupo de postres de carnaval, caracterizados por estar hechos en sartén, mucho más baratos que en el horno (y más cómodos que cerca de un horno comunal). Orejas, pestiños, flores, frixuelos, filloas o buñuelos son algunos de estos dulces «fritos» que harán estremecer a cualquier nutricionista. Te mostramos cómo preparar este fácil y tradicional plato
Ingredientes
- 2 huevos
- 50 ml de anís o aguardiente de caña
- 500 g de harina trigo común 00 (y un poquito más por si necesitas engordar la masa)
- Una pizca de sal (5 g.)
- 100 g de mantequilla o manteca de cerdo (receta original)
- 120 g de azúcar glass
- La ralladura de 1 limón, una naranja o 2 mandarinas (a vuestro gusto)
- 200 ml. de agua templada
- Azúcar glass para espolvorear
- Aceite de oliva extra virgen (para freír las orejas)
Preparación
- Lavamos la fruta que hayamos elegido para darle sabor a nuestras orejas: limón, naranja o mandarina, rallamos la naranja y reservamos.
- En un bol grande echamos el agua templada, un pellizco de sal, la mantequilla previamente derretida, la ralladura de una naranja, el azúcar, el anís y los huevos.
- Batimos hasta que nos quede una crema sin grumos. Vamos añadiendo la harina de trigo poco a poco mezclando primero con varillas y luego con la mano.
- Amasamos hasta que nos quede una masa grasa y manejable, es muy suave de trabajar y con un aspecto húmedo parecido a la masa de los pestiños. Después dejamos la masa en reposo, con dejarla reposar una hora es suficiente, pero si la dejáis en la nevera que sean dos o tres horas. Recordad que si os sobra podéis congelarla.
A darle forma
- El siguiente paso es el estirado de la masa, cogemos porciones de dos centímetros, del tamaño de una nuez. Aplastamos un poco y estiramos en la encimera de la cocina con la ayuda del rodillo o de una botella.
- Un pequeño truco es untar con aceite de oliva el rodillo para que sea más fácil el estirado pero no debemos emplear harina aunque se pegue. Si nos pasase podemos untar la zona de trabajo también con un poco de aceite de oliva.
- Los pañuelos de oreja deben de quedar super finos, como el papel, lo más posible. Este paso es muy importante porque unas orejas gruesas no van a gustar.
- Ahora es el momento de darle la forma si queremos. Con los dedos hacemos un pliegue en un lateral dándole la forma deseada, en este caso de oreja, pañuelo o láminas
- Ponemos una sartén con abundante aceite de oliva virgen extra y calentamos a fuego medio-bajo. Añadimos un pedacín de masa a la sartén y cuando se dore es cuando debemos empezar a freír.
- He empleado aceite de oliva virgen extra suave pero para aquellos que no le guste el sabor fuerte que da podéis emplear aceite de girasol.
- Las orejas de esta receta son como las hace mi madre pero si quieres que tengan forma de oreja, sólo tienes darle con un tenedor y empujar desde un borde de la masa al centro para hacer la forma de una oreja. Son unos segundos mientras la masa se endurece un poco para que quede crujiente.
Listo para servir
- Espolvorear con azúcar glas al gusto. O con un poco de azúcar glas mezclado con canela en polvo.
- Dejamos enfriar y degustamos recién hechas, a temperatura ambiente o frías.
Y listo lo puedes preparar para la familia y amigos en estos Carnavales, en nuestra tienda puedes conseguir todo lo que necesitas para consentir a su familia.
